Giacomo Casanova (1725 – 1798) fue un aventurero escritor hombre de negocios.
En la actualidad solo es recordado por los relatos acerca de sus romances, sin embargo de él podemos aprender muchas cosas.
Sin duda se trataba de alguien con habilidades sociales avanzadas.
Casanova, sin haber nacido en cuna de oro, fue escalando poco a poco en la sociedad hasta convertirse en el hombre que toda mujer de la época deseaba tener.
Escapó de la cárcel, fue amigo de reyes y condes, escribió libros, tuvo incontables aventuras con mujeres hermosas, su vida fue realmente emocionante.
Casanova siempre tuvo claro que la alta sociedad solo permite el ingreso de personas que comprenden las reglas de etiqueta.
Su forma de vestir siempre era adecuada para cada situación. No se trataba de un hombre barato, mucho menos era un hombre tímido. Su refinado gusto y el buen vestir le hacían sobresalir entre los hombres de cada fiesta.
Sus habilidades retóricas eran excepcionales y siempre sabía qué comentario hacer de acuerdo a cada situación.
Estar en frente de Casanova era en realidad todo un placer. Su habilidad para contar historias le hacían digno de la más distinguida compañía.
Su actitud siempre era positiva, sus facciones relajadas, su mirada penetrante.
Su afición era la lectura, la magia, el juego y todo lo que pudiera representar una aventura.
Siempre cultivó un buen sentido del humor y nunca se le conoció haciendo un escándalo de celos hacia la mujer que le acompañaba.
Era un excelente espadachín y ganarle un debate verbal era casi imposible.
No necesitaba mentir para estar con una mujer, ellas lo elegían por cuenta propia debido a la aventura que representaba su presencia.
Tuvo discusiones constructivas con genios del arte como Voltaire y fue amigo de Mozart.
Una de sus grandes aventuras fue el escape de la prisión de “Los Plomos”, a la cual había sido condenado por 5 años.
Los condes y la gente importante de París se deleitaban con su historia. Se había convertido en una especie de héroe en todos los salones de la gente más distinguida.
Fue un hombre de buenas intensiones, amable, caballeroso, respetuoso, sociable, sagaz y curioso.
También era un emprendedor. En 1757 fundó una lotería y se hizo millonario.
Sus habilidades sociales le permitieron hablar de tú a tú con figuras como Luis XVI, Catalina La Grande y Federico de Prusia.
Luis Esteban Lara
Director