En el año 2000 un emprendedor de 40 años llamado Reed Hastings (creador de Netflix) decide acercarse al CEO de Blockbuster y proponerle un negocio.
El negocio consistía en crear una plataforma virtual para Blockbuster donde la gente pudiese ver las películas online.
Blockbuster no prestó atención a la “descabellada” propuesta y Reed Hastings tuvo que pensar en seguir adelante sin el apoyo de la multimillonaria compañía.
Así fueron los comienzos de Netflix, que ahora vale 28 billones de dólares (10 veces lo que costaba Blockbuster), Blockbuster entró en quiebra en el año 2010.
Frente a esto podemos decir que las compañías que no se han adaptado al fenómeno de globalización propulsado por las redes están condenadas al fracaso.
Blockbuster parecía indestructible. Tenían 9.000 tiendas a nivel mundial.
Lo cierto es que Blockbuster no se acabó de la noche a la mañana. De hecho, en el año 2006 y 2007 tenían a Netflix contra las cuerdas.
Blockbuster seguía creciendo y Netflix estaba teniendo dificultades para mantener a sus clientes. Fue el momento en que Netflix ofreció vender las acciones de su compañía. Blockbuster se negó.
Reed Hastings estaba desesperado y no sabía qué hacer. Blockbuster con sus miles de tiendas distribuidas en todo el mundo parecía una máquina imparable.
Ese fue el momento en que Blockbuster cometió su peor error.
Después de negarse a comprar las acciones de Netflix tuvieron una disputa interna que los llevó a cambiar al CEO de la empresa.
El nuevo hombre no entendía la importancia de enfocar los esfuerzos de la empresa hacia el internet, cambió el plan y decidió enfocarse en las tiendas locales.
En tan solo 18 meses la compañía había perdido el 85% de su capital. En 2 años lo había perdido todo.
Netflix había logrado lo imposible, Blockbuster ahora es parte de la historia.
Luis Esteban Lara